VIOLENCIA FAMILIAR

lunes, 24 de mayo de 2010

UNA CUESTION DE DERECHOS


La problemática de la violencia familiar lleva a la sociedad a plantearse cuestiones de índole política, social, económica, cultural, religiosa, etc, que intenta abordar desde la mirada de la ciencia, la filosofía, la fe o las creencias. En muchos casos estas miradas se juntas y se forman verdaderas mescolanzas.
Para algunos bien intencionados, la violencia familiar es un lindo espacio para desarrollar investigaciones y experimentos o poner a prueba la caridad. Para quienes tienen tiempo la violencia familiar es el lugar ideal para recuperar y “rescatar” a los “descarriados” agresores.
Nosotras, como víctimas de la violencia, reclamamos soluciones concretas en miras a una protección inmediata y garantías de seguridad, cuanto menos, para poder transitar las calles tranquilas y poder realizar nuestras actividades de estudio y trabajo y criar a nuestros hijos sin sobresaltos. Mientras otros reflexionan sobre la violencia a nosotras se nos van los años en los fríos pasillos de Tribunales, donde otros deciden sobre nuestras vidas, basándose en esas reflexiones que hasta hoy, no hacen más que apoyar y tapar la violencia. Si no fuera así la realidad sería distinta y nuestra existencia transcurriría en mejores condiciones a partir del momento que logramos cortar el círculo de la violencia, cuando en realidad es todo lo contrario.
¿Para qué creamos un sistema judicial si buscamos siempre justificar a delincuentes, abusadores y estafadores? Si creemos que toda mala conducta tiene un justificativo, entonces mejor implementemos centros de rehabilitación, retiros espirituales y casas de descanso para los delincuentes y dejemos de gastar tanto dinero en abogados, jueces, defensores de menores y empleados judiciales. Si creemos que la justicia es necesaria, entonces hagamos que se cumpla, haciendo respetar los derechos de las personas inocentes y sancionando a las personas que violan los derecho de los demás.
Para nosotras, la Ley tiene un valor y un sentido de ordenamiento y Justicia.
La violencia no admite tiempo para reflexiones y pensamientos altruistas y misericordiosos con los delincuentes. Requiere del cumplimiento de derechos de manera efectiva, rápida e inmediata. Cada vez que justifiquemos con teorías, razonamientos o sentimientos a una persona que viola los derechos de los demás y transgrede las normas de una sociedad, estaremos dando un paso más en favor de la violencia familiar, escolar, social, laboral, etc.

OMNIPOTENCIA

EL GRAN SOSTEN DE LA VIOLENCIA

La omnipotencia de creer “que todo podemos curar” “que todo podemos corregir” “que a todos podemos rescatar” es un gran sostén de la violencia.

Muchas personas no pueden reconocer humildemente la imposibilidad actual de la especie humana para curar o transformar la conducta antisocial: violenta y delictiva y por eso se abocan desmedidamente a demostrar lo contrario. Aseguran que si pueden hacerlo (aunque no sea cierto) justificando lo injustificable.
Las personas omnipotentes, ante la imposibilidad de reconocer su propia limitación, se sobreexigen y exigen a los demás el descubrimiento de métodos y técnicas (aunque más no sean mágicos o milagrosos) para cumplir con las exigencias de rehabilitación de delincuentes que ellos mismos han promovido en el Poder Judicial.
No conformes, buscan trasladar la culpa a todo el mundo cuando los delincuentes no cambian su conducta (sobre todo a quienes nada tienen que ver con lo que los delincuentes son, aquellos que viven su vida sin molestar a nadie colaborando con los demás en lo que pueden) para poder manejar con la culpa social a los ciudadanos que se oponen a la ideología omnipotente de" curarlo todo" y de "rescatar a todos".
Pero lo más lamentable es que estas personas omnipotentes, justifican y apoyan las medidas que permiten dejar fuera a personas que cometieron actos siniestros, asegurando que ya están rehabilitados y si en todo caso no lo están, aseguran que "la sanción obstaculiza el tratamiento y la recuperación, por lo que abría que dejarlos fuera para que se recuperen" sin importar que dañen al resto de la sociedad estando fuera.
Si estas personas omnipotentes (que lamentablemente copan el Poder Judicial) reconocieran que no existen métodos ni técnicas para curar o transformar cosas tan complejas como la mente destructiva y dañina de algunas personas y que por eso deben promover la protección de los demás miembros de la sociedad, estarían dando un gran paso para minimizar los daños de la violencia en la sociedad y en las familias.
La omnipotencia es peligrosa cuando está en juego la vida de personas inocentes. La humildad puede ser sabia en violencia familiar.

Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia

martes, 4 de mayo de 2010

Fue inaugurada la Oficina de Violencia Doméstica la Corte Suprema de Justicia, que se propone mejorar la atención del Poder Judicial a las víctimas. Vemos en estos nuevos hacedores, interés en producir cambios significativos y preocupación por la realidad de la violencia.
Como víctimas, tenemos nuestra esperanza puesta en este nuevo organismo que es la cara visible del Poder Judicial en los temas de violencia familiar.
Deseamos que estos cambios traigan una oleada de Justicia a esta sociedad golpeada por los abusos y la impunidad.
Ni esta oficina ni ninguna otra que se cree, va a reparar el daño que el Poder Judicial ha producido a miles de mujeres vìctimas de violencia familiar de la Provincia de Tucumán, que recorrieron durante años los frìos pasillos de Tribunales sin encontrar respuestas y en algunos casos, encontrando la muerte.
El Poder Judicial, como su nombre lo indica, es un PODER que se ha apoderado de nuestras vidas más que el agresor, haciendo oìdos sordos a nuestros sufrimientos, tapando y sosteniendo la violencia hacia nosotras de diversas maneras.
Es difìcil evadirse del poder destructivo y desafiante del agresor dentro del hogar, pero casi imposible de escapar a la violencia del Estado y de las Instituciones, mucho más implacable y devastadora. El del Estado, es un poder que asfixia por el grado de indiferencia y corrupción.

Creemos que el cambio real sobrevendrá con una limpieza de los Recursos Humanos, que asegure la expulsión de gente violenta y deshonesta de las oficinas administrativas y puestos de decisión sin que esto implique reubicarlas dentro de otras áreas donde someterán a otras víctimas. Se limpie al Poder Judicial de personas que no pueden tener en sus manos la responsabilidad de tareas de las cuales depende la vida humana. También con la limpieza de profesionales que por más que ostenten títulos de especialización, sostienen desde diferentes lugares a los agresores, protegiendo y justificando sus actos incluso con supuestas "teorías científicas". Estos profesionales son más peligrosos aún porque trabajan sutilmente respondiendo vaya a saber a qué intereses personales y corporativos que nada tienen que ver con la salud y la protección de las víctimas.
No esperamos mejoras para nosotras, porque lamentablemente nuestras vidas y nuestras familias ya fueron dañadas indefectiblemente por la ineficiencia y el abandono del Estado, pero esperamos un mejor porvenir para otras víctimas de violencia familiar que recién comienzan su búsqueda de Justicia y hoy recorren desesperadas las oficinas, esperando encontrar una luz en el camino.
Por ellas continúa nuestra lucha incansable para que las cosas mejoren.

Comisión Directiva
Asociación Civil Atenea