OMNIPOTENCIA

lunes, 24 de mayo de 2010

EL GRAN SOSTEN DE LA VIOLENCIA

La omnipotencia de creer “que todo podemos curar” “que todo podemos corregir” “que a todos podemos rescatar” es un gran sostén de la violencia.

Muchas personas no pueden reconocer humildemente la imposibilidad actual de la especie humana para curar o transformar la conducta antisocial: violenta y delictiva y por eso se abocan desmedidamente a demostrar lo contrario. Aseguran que si pueden hacerlo (aunque no sea cierto) justificando lo injustificable.
Las personas omnipotentes, ante la imposibilidad de reconocer su propia limitación, se sobreexigen y exigen a los demás el descubrimiento de métodos y técnicas (aunque más no sean mágicos o milagrosos) para cumplir con las exigencias de rehabilitación de delincuentes que ellos mismos han promovido en el Poder Judicial.
No conformes, buscan trasladar la culpa a todo el mundo cuando los delincuentes no cambian su conducta (sobre todo a quienes nada tienen que ver con lo que los delincuentes son, aquellos que viven su vida sin molestar a nadie colaborando con los demás en lo que pueden) para poder manejar con la culpa social a los ciudadanos que se oponen a la ideología omnipotente de" curarlo todo" y de "rescatar a todos".
Pero lo más lamentable es que estas personas omnipotentes, justifican y apoyan las medidas que permiten dejar fuera a personas que cometieron actos siniestros, asegurando que ya están rehabilitados y si en todo caso no lo están, aseguran que "la sanción obstaculiza el tratamiento y la recuperación, por lo que abría que dejarlos fuera para que se recuperen" sin importar que dañen al resto de la sociedad estando fuera.
Si estas personas omnipotentes (que lamentablemente copan el Poder Judicial) reconocieran que no existen métodos ni técnicas para curar o transformar cosas tan complejas como la mente destructiva y dañina de algunas personas y que por eso deben promover la protección de los demás miembros de la sociedad, estarían dando un gran paso para minimizar los daños de la violencia en la sociedad y en las familias.
La omnipotencia es peligrosa cuando está en juego la vida de personas inocentes. La humildad puede ser sabia en violencia familiar.