viernes, 20 de febrero de 2009
- Porque el agresor las desvaloriza frente a los demás cuando ellas intentan dar a conocer la situación en la que se encuentran. Los agresores desarrollan un proceso de difamación hacia las víctimas, entre los conocidos y amigos de ambos, entre los vecinos, entre los padres de los compañeros de escuela de los hijos, entre los familiares y entre los propios hijos, logrando que las víctimas sean señaladas por los demás como las culpables de todo, del fracaso matrimonial, de la destrucción de la familia.
- Porque la sociedad las señala como “responsables de haber elegido mal”, de que “les gusta que le peguen” y de que ”algo malo habrán hecho” (La sociedad se ensaña con las victimas tanto o más que el agresor)
- Porque las víctimas piensan que no fueron capaces de ayudar a los agresores a ser mejores o que no fueron lo suficientemente valiosas como para que el agresor las respete.
Las víctimas no deben sentir vergüenza porque ellas son valiosas independientemente de lo que diga o haga el agresor, porque no hicieron nada malo contra nadie, porque no son responsables de lo que son o hacen los demás.
- Porque las víctimas piensan que no fueron capaces de ayudar a los agresores a ser mejores o que no fueron lo suficientemente valiosas como para que el agresor las respete.
Las víctimas no deben sentir vergüenza porque ellas son valiosas independientemente de lo que diga o haga el agresor, porque no hicieron nada malo contra nadie, porque no son responsables de lo que son o hacen los demás.
El agresor es el único responsable de lo que es y de lo que hace.
El agresor lleva la violencia dentro y busca descargarla con los que tiene más cerca y la víctima no puede hacer nada para ayudarlo.